Dar un paseo por el bosque en otoño es como asistir a un festival de color con un paisaje cromático espectacular. Y, si bien es cierto que no nos podemos llevar el bosque a casa, ¿por qué no llevarnos sus colores?
Esta luz se utiliza como cura, a menudo en otoño e invierno, para efectos beneficiosos sobre la regulación de nuestros ritmos naturales y nuestro nivel de energía. Es una lucha de medios naturales contra la "depresión estacional".